Antes de abordar el tema en cuestión debemos reflexionar y entender lo que es un verdadero producto turístico, porque en muchas ocasiones no se acaba de comprender y ello acarrea la generación grandes problemas a la hora de materializar el desarrollo de productos turísticos viables y finalistas (con capacidad de atraer por si mismos a demanda turística) en un destino o territorio turístico.
Un auténtico producto turístico es un agregado de bienes o servicios que cubre las necesidades de un público objetivo, presenta un nombre distintivo o marca que lo diferencia y lo posiciona frente al resto de competidores, está preparado para su consumo turístico, tiene un precio de adquisición y por tanto genera beneficios, está puesto en el mercado a través de canales comerciales directos o indirectos y finalmente, está dotado de una adecuada estrategia de promoción y comunicación.
Teniendo en cuenta todos estos atributos básicos es fácil comprender que la mayoría de las entidades públicas no pueden ser capaces de crear productos turísticos plenamente operativos dentro de su ámbito competencial. En muchos casos porque no cuentan con la titularidad de los bienes y/o servicios ofertados y en la mayoría de las ocasiones porque como entes públicos no pueden poder un precio a los productos que ofrecen.
Ahora bien, ello no significa que las administraciones públicas no puedan contribuir al desarrollo o consolidación de productos turísticos, siempre y cuando comprendan el papel que deben cumplir en este proceso.
En el desarrollo de productos turísticos las administraciones pueden jugar tres papeles clave: facilitadores, impulsores y colaboradores.
- Facilitadores para generar un medio de cultivo idóneo para el desarrollo de productos turísticos competitivos, motivando la generación de encuentros profesionales entre empresas (talleres de diseño de experiencias y paquetes turísticos, comisiones de producto o formaciones específicas orientadas a la configuración de productos competitivos).
- Impulsores generando infraestructuras, equipamientos y poniendo en valor recursos turísticos a los que se les pueda vincular oferta turística para la creación de productos turísticos. Este sería el caso, por ejemplo, de la creación de infraestructuras en el medio natural tales como la señalización e interpretación de senderos y rutas BTT, la dotación de miradores para la observación de aves, el equipamiento de barrancos, la creación de vías ferratas, la construcción de embarcaderos en cauces y embalses y un amplio etcétera.
- Colaboradores que apoyen no solo la modernización y la creación de nuevos equipamientos privados a través de subvenciones pública, sino también y muy especialmente como partners promocionales y comerciales, desarrollando campañas y acciones conjuntas público-privadas como por ejemplo misiones comerciales, participación en ferias y workshops o suscripción de acuerdos de co-marketing.
En SALTO Consultores podemos ayudar a las entidades públicas a fomentar el desarrollo de productos turísticos finalistas sobre el territorio, motivando la participación e involucración del tejido empresarial y diseñando programas de promoción y comunicación que permitan una correcta entrada y mantenimiento de los productos en el mercado.